Jaruco, Mayabeque. ¿Con qué moral pueden hablar de derechos humanos los gobernantes de una nación donde conviven el millonario y el pordiosero, el indio es exterminado, el negro es discriminado, la mujer es prostituida y grandes masas de latinoamericanos son despreciados, explotados y humillados?
¿Cómo pueden hacerlo los jefes de un imperio donde se imponen la mafia, el juego y la prostitución infantil, donde la CIA organiza planes de subversión y espionaje universal, un imperio que apoya el intercambio desigual, una política proteccionista, un despilfarro increíble de recursos naturales y un sistema de hambre para el mundo? ¿De que derechos humanos hablan?
Sin embargo, cuando el imperio del norte habla de Cuba no la distingue como referencia de respeto de los derechos humanos y es signataria de la Declaración Universal en ese sentido. Nuestro país se destaca en el cumplimiento de los derechos económicos, sociales y culturales, en el área de la salud y la educación fundamentalmente. Fuimos los primeros en América Latina en declararnos libres de analfabetismo y actualmente nuestro país contribuye a la eliminación de ese flagelo en otros países.
Muchas realidades dignifican el cumplimiento de los derechos humanos en la mayor isla de Las Antillas, que exhibe la tasa de mortalidad infantil más baja de América, inferior a la de países desarrollados del área como Estados Unidos y Canadá, en tanto el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) clasifica a Cuba como el único país latinoamericano sin desnutrición infantil, mientras su desempeño ambiental está entre los 10 mejores del mundo, solo comparable con naciones altamente desarrolladas.
Los cubanos tenemos razones de más para hablar de derechos humanos. Los conocemos y los respetamos. ¿Cómo pueden hablar de tales derechos los que oprimen, discriminan y explotan a 20 millones de africanos; los que suministran cuantiosas cantidades de armas sofisticadas a los agresores judíos que desalojaron al pueblo palestino de sus tierras, y se niegan a devolverle a los países árabes los territorios arrebatados por la fuerza?
¿Cómo puede hablar, en fin, de derechos humanos, el gobierno de Estados Unidos que mantiene una base militar por la fuerza en nuestro territorio, y somete a nuestro pueblo a un criminal bloqueo económico?
A pesar de las criminales acciones del cerco estadounidense que impiden acceder a materias primas o productos de primera generación, en esta isla se mantienen programas de vacunación para el 100% de los niños, quienes son protegidos contra 13 enfermedades, y se han erradicado otras nueve. Muchas más verdades muestran a Cuba como avanzada de los derechos humanos, cuando su población goza de una esperanza de vida por encima de los 77 años, que la ubica dentro del 25 % de la población del mundo que puede aspirar a vivir ese tiempo.
En el proceder cubano por los derechos humanos hay que tener en cuenta el ejemplo que constituyen para el mundo nuestros médicos y demás profesionales de la salud, quienes en diversas partes del mundo están en la primera línea en el enfrentamiento a la Covid 19, haciendo realidad la máxima de Fidel Castro Ruz de que el internacionalismo es pagar nuestra propia deuda con la humanidad, y ratificando a José Martí cuando dijo: “Patria es humanidad”.
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